domingo, 7 de mayo de 2017

Guerra de Carteles

 Guerra de cárteles
La cocaína enviada por el Cartel de Medellín a Estados Unidos era empacada en bloques e ingresaba oculta entre partes de maquinaria, autos, submarinos, botes y hasta en las llantas de las avionetas procedentes de Colombia. Hasta 15 toneladas de esta droga ingresaban al país del norte cada día.
Después del ascenso a la presidencia de Barco Vargas, en septiembre de 1986, sicarios motorizados mataron al juez Gustavo Zuluaga Serna ―encargado de investigar la muerte de dos agentes del DAS, que en 1978 habían arrestado a Escobar por posesión y tráfico de estupefacientes―. En octubre de 1986, mataron al coronel de la policía antinarcóticos, Jaime Ramírez Gómez. El 17 de diciembre de 1986 mataron a Guillermo Cano ―director del diario El Espectador―. En enero de 1987, sicarios de Escobar perpetraron un atentado terrorista en Budapest (Hungría), contra Parejo González, exministro de Justicia y por entonces embajador de Colombia en ese país.
Se cree que Escobar fue quien provocó la captura y extradición a los Estados Unidos de Lehder el 4 de febrero de 1987. Escobar y el resto de la cúpula teniendo conciencia del peligro que la extradición representaba a sus intereses y decididos a combatirla, reforzaron su aparato militar y económico, y se dieron a la tarea de recaudar entre todos los narcotraficantes cuantiosos recursos, incluso entre los que no eran parte de su grupo, para poder financiar el previsible escalamiento de violencia. La ambición de Escobar por dominar la situación motivó una primera purga dentro de la organización, entre ellos Pablo Correa Arroyave, y el secuestro de varios traficantes del Valle, todo ello a través de un fallido intercambio de favores entre Escobar y Gilberto Rodríguez. Tras la negativa de Rodríguez a entregar a Piña, uno de sus hombres, Escobar ordena el secuestro de Piña y su asesinato a manos del Negro Pabón, uno de sus lugartenientes. Dicho asesinato y el temor de los hermanos Rodríguez Orejuela, de Helmer Pacho Herrera y de José Santacruz Londoño de ser las próximas víctimas, motivó la ruptura entre ambos carteles. La captura en noviembre de 1987 de Jorge Luis Ochoa en Buga (Valle), fue vista como producto de una delación de los traficantes de Cali.
La posible extradición de Escobar reactivó la ofensiva contra el Estado. Pocos días después, el político y candidato a la alcaldía de Medellín Juan Gómez Martínez, se salvó de un intento de secuestro reivindicado por Los Extraditables. Y si bien Ochoa fue liberado impunemente amparado en el derecho de hábeas corpus un mes después, la confrontación no se detuvo. En los primeros días de enero de 1987, el Gobierno ―humillado públicamente― dio órdenes de extradición contra los principales miembros de la organización. En esos días, sicarios de Escobar perpetraron un atentado terrorista contra Pacho Herrera, quien solo salió herido. El 13 de enero, Pacho Herrera hizo dinamitar el Edificio Mónaco, donde vivía Escobar con su familia. Se intensificó la sangrienta guerra de sicarios entre ambos carteles. Estallaron varias bombas en las farmacias de la cadena Drogas La Rebaja, propiedad de los Rodríguez Orejuela.
El 16 de enero de 1988, sicarios de Escobar secuestraron a Andrés Pastrana ―candidato a la alcaldía de Bogotá y más tarde Presidente de la República― y lo mantuvieron varios días oculto en una finca cerca de Rionegro. El 25 de enero de 1988 secuestraron a Carlos Mauro Hoyos ―Procurador General de la Nación (Jefe de Fiscales)―, en el momento que éste se dirigía al aeropuerto de Rionegro (Antioquia).
Ese mismo día, la policía de Rionegro liberó a Pastrana, y como represalia Popeye mató a balazos a Carlos Hoyos (48), que llevaba diez horas secuestrado y cuyo plan previamente era mantener a Pastrana y a Hoyos secuestrados en un mismo sitio. En marzo de 1988, varios cientos de uniformados cayeron sobre la finca El Bizcocho ―propiedad de Escobar―, pero este fue avisado a último momento y escapó.

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