martes, 9 de mayo de 2017

Muerte


El día 2 de diciembre de 1993, un día después de haber cumplido 44 años, Escobar fue arrinconado por las fuerzas armadas y por las amenazas que pesaban sobre su familia. Trató de negociar su rendición, condicionándola a la salida del país de su mujer y sus hijos, pero esta vez su propuesta no halló eco entre el poder Ejecutivo. Si bien logró evadir al Bloque de Búsqueda durante seis meses más, la muerte de su jefe de seguridad El Angelito (León Puerta Muñoz), en octubre de 1993, lo dejó desprotegido, al mando ya de sicarios rasos. Finalmente, la preocupación por la situación de su esposa e hijos ―refugiados en Residencias Tequendama bajo estricta vigilancia policial después de buscar fallidamente asilo en Estados Unidos y Alemania― fue utilizada como carnada por el Gobierno para atraer a Escobar quien hasta ese momento padecía problemas gástricos y presuntamente había anunciado formar un grupo armado denominado Antioquia Independiente.
El Bloque de Búsqueda se entregó a la tarea de localizar a Escobar hasta que, después de un año y cuatro meses de intensas labores de inteligencia, el 1 de diciembre de 1993,consiguió rastrear y localizar seis llamadas que Escobar le hizo a su hijo.
Previamente unidades de inteligencia de señales de la DIJIN habían localizado mediante tecnología francesa y británica adquirida por la Policía Nacional en 1991 y operada por oficiales y suboficiales de inteligencia de la Policía colombiana.43 En una entrevista con Gilberto Rodríguez Orejuela, éste dijo haber ayudado a la compra de dicha tecnología.
Al verse acorralado, Pablo Escobar intentó escapar, pero murió durante la huida de un disparo en el corazón.
De su muerte existen varias hipótesis:
  • Miembros del Bloque de Búsqueda con el cuerpo de Pablo Escobar, muerto en un tiroteo tras 17 meses de intensa búsqueda.
    Se suicidó mediante un disparo debajo del oído,lo que se vio en la exhumación del cadáver. Esta versión coincide con el lema de los Los Extraditables: «Preferimos una tumba en Colombia a una cárcel en Estados Unidos» y es la versión que defiende su familia.
  • Le disparó un francotirador del grupo Los Pepes.
  • Le disparó un oficial de la DIJIN que formaba parte del Bloque de Búsqueda.
  • Le disparó un francotirador de la Delta Force.
  • Le disparó el tiro de gracia el coronel Hugo Heliodoro Aguilar, quien lideró el grupo de asalto que llegó a la casa.
  • Le disparó Carlos Castaño Gil, máximo líder de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), según una confesión de un paramilitar llamado Antonio Hernández, conocido por el alias John.
  • Fue acribillado por un escuadrón del Bloque de Búsqueda.Esta escena se representa en un célebre cuadro de Botero, y es la versión oficial.
La muerte de Escobar generó distintas reacciones: su familia y sus protegidos lloraron su muerte, y a su entierro asistieron miles de personas, en su mayoría de los barrios pobres de Medellín. Pero la prensa y el Gobierno lo consideraron un triunfo en la lucha contra las drogas y el principio del fin del tráfico de estupefacientes, lo que no ha sucedido hasta la fecha; hoy en día guerrilleros, paramilitares y grupos de delincuencia organizada conocidos como Bacrim (Bandas Criminales) se disputan el negocio del narcotráfico. Aunque inmediatamente a su abatimiento, los carteles de Cali y Norte del Valle tuvieron control del narcotráfico hasta sus respectivas disoluciones.
Entre los mitos sobre su muerte figura uno que dice que no murió, que contrató a un doble y que está escondido disfrutando de su dinero.
Entre quienes lo consideran muerto, aún su imagen continúa muy vigente y es utilizada políticamente. Sus fotos se venden al lado de las del Che Guevara. Incluso en algunos sitios todavía es venerado como un santo y en su tumba se depositan ofrendas. Su leyenda forma parte del circuito turístico de Medellín. Su hacienda en el campo ahora es un museo visitado por miles de turistas al año.Su imagen tiene tanto peso que continúa siendo utilizada incluso para las campañas políticas, la venta de camisetas o remeras en Austria, Estados Unidos, Guatemala y México,la venta de álbum de figuritas para niños, relojes con su imagen y libros sobre su vida.

domingo, 7 de mayo de 2017

La Catedral y Fuga

El 20 de junio de 1991, el capo ingresó voluntariamente en prisión a cambio de no ser extraditado a Estados Unidos.Sin embargo, para hacerlo exigía al Gobierno ―entre otras cosas― que fuera en una cárcel exclusiva con el argumento de que podría correr peligro de muerte si ingresase en un correccional corriente. Así el Gobierno autorizó las obras del emplazamiento que se convertiría a posterior en la peor vergüenza del sistema penitenciario colombiano: llamado La Catedral. Un recinto construido «a medida», que se erigía en unos terrenos adquiridos por el mismo Escobar, y que contaba con innumerables lujos para él y sus asociados, además de una fuerte seguridad brindada por el Ejército Colombiano en su exterior, espacio aéreo restringido y las autoridades penitenciarias designadas por el estado para custodiar su reclusión que si bien la mayoría eran sicarios de Escobar con uniformes de guardia carcelaria.A casi un año de su encierro a principios de julio de 1992, Escobar se había convertido en un extorsionista de alto rango. Dejó de exportar cocaína y empezó a cobrar elevadas sumas de dinero a los demás narcotraficantes. Sospechando de sus más cercanos aliados Galeano y Moncada pretextando que estos le ocultaban $20 millones, Escobar ordena la ejecución de ambos. La posterior purga entre los más cercanos a ambos capos y entre sus familiares dejó unos 50 muertos. El Gobierno y la Fiscalía al conocer de los graves hechos y para evitar que Escobar siguiera delinquiendo desde su cómoda prisión, ordenó el traslado de este hacia un nuevo penal. Pero en condiciones oscuras que demostraron una vez más el poder de corrupción y el temor que generaba el peligroso narcotraficante luego de secuestrar al viceministro de Justicia Eduardo Mendoza y al director de prisiones del INPEC Coronel Hernando Navas quienes anticiparon los movimientos del Gobierno a Escobar a la vez que se descubre que los soldados encargados de vigilar las afueras del penal habían sido sobornados por el capo.
El 21 de julio de 1992 Escobar, su hermano Roberto y sus hombres huyen de la prisión tras patear uno de los muros traseros de la edificación construido con yeso para este propósito. El capo y sus secuaces huyeron caminando, rodeando las montañas y aprovechando la neblina que cubría la zona y el apagón de la llamada Hora Gaviria. La evasión del capo significó la más grande burla al Gobierno de Gaviria ante la opinión pública y la justicia colombiana desprestigiada internacionalmente. El Gobierno tocado en lo más profundo, creó el Bloque de búsqueda, un cuerpo conformado por la Policía Nacional, el ejército y los cuerpos antidroga de Estados Unidos para cazar a los prófugos y desmantelar de una vez por todas su imperio criminal. Los líderes del Cartel de Cali se encargaron de desencadenar nuevamente la guerra, al activar un carro bomba en Medellín que atribuyeron a sus enemigos antioqueños. Estos ante la arremetida de las fuerzas estatales, reactivaron su campaña con una serie de ataques en los que ejecutaron a 30 uniformados y una juez, entre septiembre y octubre de 1992. Pero esta vez la situación había cambiado bruscamente para el Cartel: la muerte de Galeno y Moncada generó una fractura al interior de la organización. Diego Murillo Bejarano 'Don Berna', jefe de seguridad de los capos asesinados y los hermanos Castaño, se alinearon con los narcos del Valle en una amplia alianza contra Escobar, que incluía a oficiales corruptos del Bloque de Búsqueda y varios de sus antiguos socios. Con la información que pudieron suministrar a las autoridades se asestaron durísimos golpes a las redes del «Patrón». El 28 de octubre, Tyson (Brances Alexander Muñoz), unos de sus jefes militares más importantes, fue abatido en una operación especial.
Escobar trató en ese momento de negociar su reentrega y había autorizado la rendición de varios de sus lugartenientes más cercanos, entre ellos su hermano Roberto, alias “Popeye”, “Otto” y el “Mugre”, desencadenó en respuesta una nueva guerra total. Decenas de pistoleros ejecutaron a un centenar de policías hasta febrero y los carros bomba reaparecieron en las grandes ciudades a partir de diciembre de 1992. Si bien los mecanismos ya no eran tan sofisticados; las pérdidas humanas y materiales fueron cuantiosas, pues los atentados ya no iban dirigidos a un objetivo específico, sino que eran totalmente indiscriminados. En Medellín murieron 19 personas, en Bogotá 39 y en Barrancabermeja 16. El Valle de Aburrá se vio afectado por 3 ataques en diciembre del 92 y en Bogotá las explosiones se sucedieron a partir de enero de 1993: el 20 en el norte, el 30 frente a la Cámara de comercio, mediando febrero en dos áreas comerciales y en abril 15 en el Parque de la 93.
Pese a la dura arremetida de los terroristas, las autoridades asesinaron hasta marzo de 1993 a 100 sicarios y 10 jefes militares del Cartel, entre los que se contaban El Chopo (Mario Castaño Molina), HH (Hernán Darío Henao) y El Palomo (Jhonny Edison Rivera), todos hombres de confianza de Escobar. También fueron apresados 1900 sospechosos de pertenecer a la organización, y se rindieron 18 altos mandos de su ala militar. Esto ―sumado a la derrota por bandas rivales de sus grupos de gatilleros―, en una guerra que dejó 300 muertos, terminó por debilitar decisivamente al grupo de Medellín que en 8 meses perdió el 80 % de su capacidad bélica. Como añadidura, el 30 de enero hizo su aparición pública una estructura paramilitar que se autodenominó Los Pepes (‘perseguidos por Pablo Escobar), detrás de la que estaban los Castaño y que se dedicaría a matar a los testaferros, contadores, abogados y familiares del capo, como también a destruir sus propiedades y minar sus finanzas.

Guerra en el Magdalena Medio


La Hacienda Nápoles, lugar de residencia de Escobar durante varios años, actualmente funciona como un parque temático y aún conserva la fauna exótica traída por el criminal.
Como la política de negociación de penas también cobijaba a los paramilitares, muchos miembros de las organizaciones afincadas en Córdoba, el Magdalena medio, la Sierra Nevada, Boyacá, el Valle del Cauca y los Llanos Orientales se allanaron a las autoridades confesando solamente el delito de porte ilegal de armas, amparados todos ellos en los decretos 2047 y 3030 de 1990 y 303 de 1991. El grupo más grande al mando de Ariel Otero desmovilizó a 400 de sus integrantes en Puerto Boyacá, mientras en Córdoba Muerte a Revolucionarios del Noreste (MRN) de Fidel Castaño entregaba 600 fusiles, y algunas porciones de tierra como supuesta compensación a los campesinos despojados de sus parcelas. También un reducto de cerca de 200 hombres, antiguamente mandados por Rodríguez Gacha se acogió a la amnistía en Pacho (Cundinamarca). En consecuencia, a partir de 1992, se observa una importante reducción de los asesinatos de civiles, atribuidos a las autodefensas en los años anteriores. Pero en la práctica estas estructuras siguieron activas, manejando un bajo perfil. Las autodefensas en el Magdalena medio, se vieron envueltas en una brutal lucha con sus antiguos socios narcotraficantes a partir de 1990. Henry Pérez, el primer comandante había sido asesinado por un pistolero durante la celebración de la fiesta de la Virgen del Carmen en julio de 1991, y Ariel Otero su sucesor alineado con el Cartel de Cali, correría la misma suerte a principios de 1992. La fuerza sobreviviente se atomizó y algunos de sus restos entraron al servicio de Escobar, mientras otras bandas como la encabezada por Ramón Isaza, se replegaron de la zona. Mientras tanto, en la parte sur de la región, cerca a Honda, cobró protagonismo Jaime Eduardo Rueda Rocha, el asesino de Galán, evadido de la cárcel hacia un año y ahora jefe de una partida de 150 criminales. Buscando posicionarse como líder máximo mató y descuartizó al alcalde de Puerto Boyacá en marzo de 1992, para luego arrojar su cuerpo y el de 4 de sus acompañantes al río Magdalena. Pero su ascenso fue cortado por una patrulla del GOES que lo abatió a él y a 6 miembros de su cuerpo de seguridad en un restaurante de Honda el 14 de abril del mismo año. Tras su muerte, la actividad de las autodefensas en la zona disminuyó considerablemente, ya que estas optaron por mimetizar sus actividades delincuenciales. Eliminado Escobar en diciembre de 1993, Ramón Isaza retomaría el control del estratégico territorio.
Al final no obstante, los grandes esfuerzos realizados en los primeros años de la década del noventa para lograr la desintegración de las estructuras más poderosas y con mayor cubrimiento territorial, los grupos paramilitares tuvieron un nuevo impulso a finales del cuatrienio Gaviria. Fue así como, con posterioridad a la muerte de Escobar en 1993, las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU), bajo el mando de Fidel y Carlos Castaño, protagonizaron una significativa expansión, con el apoyo de cientos de desmovilizados del EPL, masacrados metódicamente, ellos y sus familias, por las Farc y la disidencia de Francisco Caraballo.

Bombas y secuestros. Rendición y entrega

Aparte de un proceso de paz inconcluso, el presidente César Gaviria heredó la «guerra contra el narcotráfico» con la que su predecesor había pretendido reducir al Cartel de Medellín y su red de sicarios, enemigos declarados del Estado. Aunque durante su campaña presidencial había demostrado total respaldo tanto a la ofensiva como a las medidas tomadas por el primer mandatario, entre ellas la más temida por los narcoterroristas, que era la extradición por vía administrativa; una vez posesionado dejó entrever que el elevado costo económico y humano de esta guerra merecía la búsqueda de una salida alternativa en la que el fortalecimiento de la justicia sería un elemento clave. El 12 de agosto en todo caso, en un golpe de mano, hombres del Grupo Élite asesinaron a Gustavo Gaviria Rivero, primo y mano derecha de Pablo Escobar.
Aprovechando el respiro de la tregua unilateral indefinida anunciada en julio por Los Extraditables, el ministro de justicia Jaime Giraldo Ángel diseñó la legislación de estado de sitio que se haría pública como «política de sometimiento a la justicia». Dicha política, que se materializó en cinco decretos que posteriormente, serían elevados después de una depuración, a legislación permanente en el nuevo Código de Procesamiento Penal, aspiraba en términos simplificados, a favorecer con la reducción de la pena a los narcotraficantes que se entregaran voluntariamente y confesaran por lo menos un delito, con la garantía, en algunos casos condicional, de ser juzgados en el país y recluidos en pabellones de alta seguridad. Los primeros en acogerse a la oferta, entre diciembre de 1990 y febrero de 1991, fueron los hermanos Ochoa, Jorge Luis, Juan David y Fabio, socios cercanos de Escobar quien receloso de las intenciones del Gobierno, que ya le había incumplido anteriormente, organizó una serie de secuestros selectivos de periodistas de renombre y de personajes influyentes en la vida nacional. Escobar ordena el secuestro a familiares de miembros del Gobierno y a periodistas, de la larga lista de secuestrados los más reconocidos fueron: Francisco Santos Calderón (redactor jefe del diario El Tiempo), Maruja Pachón de Villamizar (periodista y directora general de Focine, esposa del político y diplomático Alberto Villamizar), Beatriz Villamizar de Guerrero (hermana de Alberto Villamizar y asistente personal de FOCINE), Diana Turbay (directora del noticiero de televisión Criptón y de la revista Hoy x Hoy, hija del expresidente de la República Julio César Turbay) y quien murió en hechos confusos durante un intento de rescate de la policía, Marina Montoya de Pérez (hermana del exsecretario General de la Presidencia, Germán Montoya) y quien es ejecutada por sus captores como represalia por la muerte de sicarios y colaboradores del Cartel manos de la policía, en especial por la muerte de los hermanos Armando y Ricardo Prisco Lopera, líderes de 'Los Priscos', brazo armado del cartel, Álvaro Diego Montoya (hijo mayor del entonces Secretario General de la Presidencia, Germán Montoya), Patricia Echeverri y su hija Diana Echeverri, parientes políticas del expresidente de la República Barco presionando de ese modo al presidente saliente y electo para que fuera tratado como un delincuente político, haciéndose beneficiario de paso de los indultos reservados a los guerrilleros. Escobar además pretendía arrancarle al Ejecutivo un acuerdo hecho a su medida y siguió presionando nuevamente por la vía armada, amenazando con ejecutar a los rehenes y con reiniciar su ofensiva terrorista. El 13 de diciembre de 1990 una bomba mató a 7 policías en Medellín y otros 7 más serían ultimados por sicarios en los 3 primeros días de enero y con una nueva racha de atentados: una decena de efectivos policiales fueron víctimas de sicariato, una explosión en un bus dejó 6 muertos y el 16 de febrero un atroz bombazo contra una patrulla del F-2 en Medellín frente a la plaza de toros de la ciudad, se saldó con 22 civiles muertos. Dos meses después, sicarios de Escobar mataron al exministro de Justicia Enrique Low Murtra, en Bogotá.
El Gobierno debió plegarse a las exigencias de Escobar, quien liberó al resto de los secuestrados como gesto de «buena fe». Pero solo hasta cuando estuvo seguro de que la Asamblea Nacional Constituyente había votado y aprobado el 19 de junio de 1991 el artículo que prohibía la extradición de colombianos por nacimiento, Escobar se entrega en compañía del padre Rafael García Herreros y Alberto Villamizar, mediadores en su rendición. Luego sería recluido en la famosa Cárcel de La Catedral en Envigado. Desde allí pese a las promesas de no delinquir más, siguió controlando los hilos del negocio ilegal a través de otros 2 aliados suyos que no se entregaron: Fernando El Negro Galeano y Gerardo Kiko Moncada y varios de sus sicarios.

Negociaciones con los Extraditables

Ofensiva de 1989 y negociaciones

A partir de julio de 1988, el secretario general de la Presidencia, Germán Montoya había entrado en conversaciones con los líderes de Los Extraditables. Subsecuentes declaraciones del Gobierno fueron interpretadas por los narcotraficantes como una invitación al diálogo, por lo que el 15 de septiembre siguiente, estos respondieron con una carta a la administración Barco, e hicieron llegar a Montoya un proyecto de ley de indulto y un plan de desmovilización. Sin embargo, ante la intransigencia de los Estados Unidos, renuente a la posibilidad de dialogar con los narcos, se dilataron las conversaciones y al final se las presentó como iniciativa personal del intermediario, desligando al primer mandatario de ellas.
Como una reacción a este diálogo sin resultados, el cartel encabezado por Escobar y Rodríguez Gacha, inició una cadena de asesinatos de jueces, de funcionarios del Gobierno y de personajes de la vida pública. En marzo de 1989, Los Extraditables mataron a Héctor Giraldo Gálvez ―apoderado del caso Lara en reemplazo de Castro Gil―, y dos meses después dinamitaron la sede de la televisora Mundo Visión. Tras el intento de asesinato contra el jefe del DAS, general Miguel Maza Márquez el 30 de mayo de 1989 en Bogotá, utilizando una poderosa carga explosiva que liquidó a 7, el terrorismo se apoderó del país. El 4 de julio de 1989, en Medellín, en un atentado dirigido al coronel Valdemar Franklin Quintero, murió el gobernador de Antioquia, Antonio Roldán Betancur, junto a cinco de sus acompañantes. El 28 de julio de 1989, sicarios de Escobar asesinaron a la jueza María Helena Díaz ―sustituta de Espinoza― y a sus dos escoltas.
El 16 de agosto de 1989 sicarios de Escobar mataron al juez del tribunal superior de Cundinamarca, Carlos Ernesto Valencia, y el 18 de agosto en Medellín al coronel Quintero, acribillado a traición con decenas de impactos de bala. Aunque la noticia del crimen ocurrido en las horas de la mañana fue opacada, cuando en la noche durante un mitin político en Soacha, varias decenas de pistoleros al servicio de Rodríguez Gacha se infiltraron en la manifestación y dieron muerte al precandidato presidencial por el partido liberal, Luis Carlos Galán, enemigo acérrimo de los narcotraficantes y partidario de permitir la extradición de los narcotraficantes a Estados Unidos, que era el que tenía más posibilidades de alcanzar la presidencia de la nación. En este asesinato también se involucra al político Alberto Santofimio Botero (1942) ―que en 2006 se demostró que había sido coautor intelectual del hecho―.
Como consecuencia del asesinato de Galán, los diálogos se interrumpieron del todo y el presidente declaró la guerra al narcotráfico de la misma manera que lo había hecho Betancur cinco años atrás. Con el decreto 1830 del 19 de agosto de 1989, Barco estableció la extradición por vía administrativa, sin contar con el fallo de la Corte Suprema de Justicia; con el decreto 1863 autorizó a los jueces militares a practicar registros donde se presumía o existían indicios de personas u objetos relacionados con algún delito; con el decreto 1856 ordenó la confiscación de todos los bienes muebles e inmuebles de los narcotraficantes; y con el decreto 1859 autorizó la detención en condiciones de absoluta incomunicación y por un tiempo que excedía las normas constitucionales, de personas de las que se tuvieran graves indicios de haber cometido delitos contra la existencia y seguridad del Estado. Además se dispuso la creación del Grupo Élite con 500 hombres, esencialmente dirigido a cazar a los cabecillas terroristas y lo puso al mando del coronel Hugo Martínez Poveda. En los días posteriores el Ejército y la Policía llevaron a cabo más de 450 allanamientos en todo el territorio nacional y detuvieron a cerca de 13 000 personas acusadas de estar vinculadas al narcotráfico.
El Vuelo 203 de Avianca fue destruido el 27 de noviembre de 1989 en pleno vuelo por órdenes de Escobar con el objetivo de matar a Cesar Gaviria Trujillo, quien no abordó la nave en el último momento; 110 personas murieron. Gaviria llegaría a la presidencia de Colombia en 1990 y Escobar sería dado de baja bajo su mandato. En la imagen, un Boeing 727 similar al destruido.
El 23 de agosto Los Extraditables respondieron al Gobierno en una carta a la opinión pública, asumiendo el reto de la guerra total. Con 3000 sicarios en armas, el asocio del paramilitarismo y el respaldo de una porción importante de la población bajo su dominio, a lo que se sumaba el músculo financiero que le daba el control de al menos un 90% del tráfico de cocaína hacia el exterior, el Cartel de Medellín se enfrentó al Estado colombiano a base de bombazos y asesinatos selectivos. El terrorismo se convirtió en una verdadera pesadilla diaria, se multiplicó y puso en jaque como nunca antes al Gobierno: entre septiembre y diciembre de 1989 más de 100 artefactos hicieron explosión en Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga, Cartagena, Barranquilla y Pereira, contra edificios gubernamentales, instalaciones bancarias, comerciales, de servicios e infraestructura económica. En total sumando los ataques sicariales, los narcoterroristas fueron los responsables de 289 atentados terroristas en ese periodo, con un fatídico saldo de 300 civiles asesinados y más de 1500 heridos.
El 30 de agosto de 1989 una primera bomba hizo explosión en Medellín, el 2 de septiembre fueron casi destruidas las instalaciones del diario El Espectador, que en ese mismo día continuó su edición en horas de la tarde, el 11 de septiembre, sicarios de Escobar asesinaron el líder liberal Pedro Peláez González, el 21 de septiembre, los sicarios de Escobar dinamitaron 9 sedes políticas en Teusaquillo y el 26 de septiembre atacaron el Hotel Hilton en Cartagena. Pese a no poder detener las continuas explosiones, las autoridades no cejaron en su esfuerzo, multiplicaron los allanamientos y capturaron a dos grandes capos: Eduardo Martínez Romero y a Rafael El Mono Abello, para luego extraditarlos a Estados Unidos. Como represalia, el 16 de octubre de 1989, un coche-bomba arrasó la sede del periódico Vanguardia Liberal (de Bucaramanga) y mató a 4 periodistas. El 8 de noviembre de 1989, sicarios de Escobar mataron al juez Héctor Jiménez Rodríguez y al periodista Jorge Enrique Pulido (quien ya había recibido amenazas) cuando se disponía a regresar a su programa, después de la emisión dominical del noticiero Mundo Visión, recibiendo varios impactos de bala. También mataron a Luis Francisco Madero (representante a la cámara). A finales de octubre, asesinaron a siete policías en Medellín, cinco de ellos en la explosión de un bus frente al Club de Oficiales de la ciudad.
El 23 de noviembre de 1989 se lanzó un operativo relámpago contra la hacienda El Oro, en Cocorna (Antioquia) en la que se hallaba Pablo Escobar y Jorge Luis Ochoa. Escobar logró escapar, pero murieron dos de sus hombres ―uno de ellos su cuñado, Fabio Henao―, y 55 fueron detenidos. Cuatro días después, el 27 de noviembre, sicarios de Escobar hicieron estallar el vuelo 203 de Avianca con el fin de matar al entonces candidato César Gaviria Trujillo, sucesor de Galán (quien no había subido al avión por consejo de sus asesores), con un saldo de 107 civiles asesinados. El 6 de diciembre de 1989, sicarios de Escobar colocaron un bus bomba frente al edificio del DAS ―la policía secreta colombiana―, tratando de asesinar a su director, el general Miguel Alfredo Maza Márquez, quien salió ileso a pesar de que la edificación quedó semidestruida. El bus-bomba destruyó también más de 200 establecimientos comerciales a su alrededor. Murieron 63 civiles y 500 quedaron heridos.
El diario El Espectador, uno de los más antiguos de América, mantuvo una actitud severa contra el narcotráfico y fue quien reveló detalles de la vida delictiva de Escobar tras su llegada a la Cámara de Representantes en 1982. Su director, Guillermo Cano fue acribillado por órdenes del capo en 1986. Sus instalaciones (en la imagen) fueron semidestruidas por un coche bomba en 1989, también por órdenes de Escobar.
El 15 de diciembre de 1989, el Gobierno de Barco logró matar al segundo cabecilla del cartel de Medellín y su líder militar, El Mexicano (Rodríguez Gacha). Fue localizado por un informante en la costa norte del país, en donde se hallaba refugiándose de la persecución de las autoridades. Responsable de más de 2000 homicidios y reivindicando el ataque al edificio del DAS, fue asesinado tras una dura persecución entre los municipios de Tolú y Coveñas en el departamento de Sucre, junto a su hijo Freddy Rodríguez Celades, a su principal lugarteniente Gilberto Rendón Hurtado y a cuatro sicarios de su cuerpo de seguridad. Al Mexicano se le atribuían la mayor parte de los atentados terroristas de los últimos meses. Los Extraditables intentaron una nueva estrategia de diálogo y negociación con el Estado, queriéndolo presionar con el secuestro del hijo del secretario de presidencia, Álvaro Diego Montoya y de dos parientes del presidente de la República. Surge entonces una propuesta del expresidente López Michelsen, respaldada por los también expresidentes Julio César Turbay y Misael Pastrana, por el cardenal Mario Rebollo Bravo y por el presidente de la UP Diego Montaña Cuellar, consistente en la formación de una comisión de Notables para negociar con los narcoterroristas. El 17 de enero de 1990, éstos respondieron a dicha propuesta presentándose en un comunicado como aspirantes legítimos al perdón judicial y expresaron una «verdadera voluntad de negociación». Inmediatamente después liberaron los secuestrados, entregaron un bus con una tonelada de dinamita, y uno de los mayores laboratorios de procesamiento de droga en el Choco. Como contraparte los narcos esperaban del Gobierno la creación de la comisión de alto nivel que se encargaría de los procedimientos legales que permitirían su rendición. Sin embargo, esto nunca sucedió y el intento de diálogo y negociación terminó en una nueva oleada de terrorismo. Efectivamente engañados por el Gobierno y frente a una fuerte ofensiva militar en Envigado, declarado zona de operaciones militares por la IV Brigada al mando del General Harold Bedoya, Los extraditables pusieron fin a la tregua el día 30 de marzo, poniendo precio a la cabeza de cada policía muerto. Medellín y su área metropolitana se vieron envueltos en una verdadera guerra urbana, tras las primeras ejecuciones de uniformados y después del ataque contra un camión del Grupo Élite, ocurrido en un puente de Itagüí el 11 de abril. Este atentado que dejó 20 muertos y 100 heridos fue el primero de los 18 que se sucedieron hasta finales de julio con un saldo de 100 víctimas fatales y 450 heridos. El 12 de mayo, víspera de la celebración del Día de la Madre hicieron explosión en 2 centros comerciales de Bogotá sendas bombas que mataron a 21 personas. El mismo día en Cali otro acto terrorista cobró la vida de 9 civiles. A finales de mes a la vez que un sicario se hacía volar frente al Hotel Intercontinental de Medellín, acabando con 6 policías y 3 transeúntes, fue acribillado el senador Federico Estrada Vélez y su conductor. La violencia se recrudece y las víctimas fueron miles: en represalia por la muerte de 215 uniformados ejecutados entre abril y julio de 1990, escuadrones de la muerte sube todas las noches a las comunas y fusilan a decenas de hombres, varios de ellos menores de edad. Poco después de que el jefe militar de Escobar, Pinina (John Jairo Arias Tascón), fuera asesinado el 14 de junio, vino otra serie de acciones bélicas: 19 jóvenes de la alta sociedad antioqueña son masacrados en el bar Oporto y un coche-bomba estalló frente a la Estación Libertadores de la Policía, matando a 14 civiles. Finalmente, a finales de julio, después de un inmenso operativo en el Magdalena Medio antioqueño del que una vez más escapó Escobar, Los Extraditables decretaron una nueva tregua y se pusieron a la defensiva, en espera de las decisiones que pudiera tomar la administración entrante de Gaviria. En todo caso afirman la imposibilidad de entregarse a la justicia mientras no se reestructuren los organismos de seguridad del Estado y no se crearan los mecanismos legales apropiados para evitar su extradición.

Guerra de Carteles

 Guerra de cárteles
La cocaína enviada por el Cartel de Medellín a Estados Unidos era empacada en bloques e ingresaba oculta entre partes de maquinaria, autos, submarinos, botes y hasta en las llantas de las avionetas procedentes de Colombia. Hasta 15 toneladas de esta droga ingresaban al país del norte cada día.
Después del ascenso a la presidencia de Barco Vargas, en septiembre de 1986, sicarios motorizados mataron al juez Gustavo Zuluaga Serna ―encargado de investigar la muerte de dos agentes del DAS, que en 1978 habían arrestado a Escobar por posesión y tráfico de estupefacientes―. En octubre de 1986, mataron al coronel de la policía antinarcóticos, Jaime Ramírez Gómez. El 17 de diciembre de 1986 mataron a Guillermo Cano ―director del diario El Espectador―. En enero de 1987, sicarios de Escobar perpetraron un atentado terrorista en Budapest (Hungría), contra Parejo González, exministro de Justicia y por entonces embajador de Colombia en ese país.
Se cree que Escobar fue quien provocó la captura y extradición a los Estados Unidos de Lehder el 4 de febrero de 1987. Escobar y el resto de la cúpula teniendo conciencia del peligro que la extradición representaba a sus intereses y decididos a combatirla, reforzaron su aparato militar y económico, y se dieron a la tarea de recaudar entre todos los narcotraficantes cuantiosos recursos, incluso entre los que no eran parte de su grupo, para poder financiar el previsible escalamiento de violencia. La ambición de Escobar por dominar la situación motivó una primera purga dentro de la organización, entre ellos Pablo Correa Arroyave, y el secuestro de varios traficantes del Valle, todo ello a través de un fallido intercambio de favores entre Escobar y Gilberto Rodríguez. Tras la negativa de Rodríguez a entregar a Piña, uno de sus hombres, Escobar ordena el secuestro de Piña y su asesinato a manos del Negro Pabón, uno de sus lugartenientes. Dicho asesinato y el temor de los hermanos Rodríguez Orejuela, de Helmer Pacho Herrera y de José Santacruz Londoño de ser las próximas víctimas, motivó la ruptura entre ambos carteles. La captura en noviembre de 1987 de Jorge Luis Ochoa en Buga (Valle), fue vista como producto de una delación de los traficantes de Cali.
La posible extradición de Escobar reactivó la ofensiva contra el Estado. Pocos días después, el político y candidato a la alcaldía de Medellín Juan Gómez Martínez, se salvó de un intento de secuestro reivindicado por Los Extraditables. Y si bien Ochoa fue liberado impunemente amparado en el derecho de hábeas corpus un mes después, la confrontación no se detuvo. En los primeros días de enero de 1987, el Gobierno ―humillado públicamente― dio órdenes de extradición contra los principales miembros de la organización. En esos días, sicarios de Escobar perpetraron un atentado terrorista contra Pacho Herrera, quien solo salió herido. El 13 de enero, Pacho Herrera hizo dinamitar el Edificio Mónaco, donde vivía Escobar con su familia. Se intensificó la sangrienta guerra de sicarios entre ambos carteles. Estallaron varias bombas en las farmacias de la cadena Drogas La Rebaja, propiedad de los Rodríguez Orejuela.
El 16 de enero de 1988, sicarios de Escobar secuestraron a Andrés Pastrana ―candidato a la alcaldía de Bogotá y más tarde Presidente de la República― y lo mantuvieron varios días oculto en una finca cerca de Rionegro. El 25 de enero de 1988 secuestraron a Carlos Mauro Hoyos ―Procurador General de la Nación (Jefe de Fiscales)―, en el momento que éste se dirigía al aeropuerto de Rionegro (Antioquia).
Ese mismo día, la policía de Rionegro liberó a Pastrana, y como represalia Popeye mató a balazos a Carlos Hoyos (48), que llevaba diez horas secuestrado y cuyo plan previamente era mantener a Pastrana y a Hoyos secuestrados en un mismo sitio. En marzo de 1988, varios cientos de uniformados cayeron sobre la finca El Bizcocho ―propiedad de Escobar―, pero este fue avisado a último momento y escapó.

La Guerra del Narcoterrorismo

Guerra contra el narcotráfico en Colombia y Conflicto armado en Colombia.

Escobar fue acusado por varios medios de comunicación de haber patrocinado la Toma del Palacio de Justicia en Bogotá en 1985, que acabó con la vida de toda la Corte y que resultó en la destrucción del Palacio.
Las investigaciones de Rodrigo Lara Bonilla, junto con el coronel de la policía, Jaime Ramírez Gómez, prueban la vinculación de Escobar en el narcotráfico cuando el capo le había dado al ministro un ultimátum de demostrar sus acusaciones o en su defecto lo acusaría de calumnia y difamación. Escobar junto con Ortega atacan al ministro mostrando un cheque, al parecer falso, del narcotraficante Evaristo Porras financiando la campaña de Lara al senado pero el ministro niega tal vínculo y logra desacreditar a Escobar mostrando públicamente un documental del canal estadounidense ABC sobre el capo mientras que Ramírez encabezaba un operativo que desmanteló Tranquilandia, un gigantesco complejo de laboratorios para el proceso de cocaína perteneciente al Cartel ubicado en las cercanías del río Yarí en la entonces comisaría del Guaviare. Por tanto, Escobar pierde su escaño y su visa a Estados Unidos es cancelada y públicamente Escobar renuncia a la política.
El 30 de abril de 1984 Lara es asesinado por órdenes de Escobar dando inicio a un período que ha pasado a la historia como el «narcoterrorismo». Tras dicho hecho el presidente Belisario Betancur, antes opuesto a la extradición de colombianos, decide autorizarla desencadenando una serie de operativos por parte de la policía para capturar a los miembros del Cartel de Medellín. Con este marco legal del Estatuto de Estupefacientes, Betancur inició la primera gran guerra contra el narcotráfico; se dispone del embargo y del secuestro de bienes y del aumento de penas y multas para delitos asociados al tráfico de drogas, pasando éstos al conocimiento de la Justicia Penal Militar. Los principales cabecillas del Cartel debieron refugiarse en Panamá e intentaron en mayo de 1984 en medio de los llamados Diálogos de Panamá con el expresidente Alfonso López Michelsen en un último intento de acercamiento al Estado. Su fracaso se debió a que los diálogos se habían filtrado a la prensa. Meses después regresarían clandestinamente al país y la guerra total sería cuestión de tiempo.
Un año después del asesinato de Lara Bonilla, pese a los anuncios del Gobierno de combatirlos, los narcotraficantes del cartel de Medellín renombrados ahora como Los Extraditables, permanecían impunes expandiendo su aparato criminal por amplias zonas del país y abriendo nuevas rutas de tráfico de cocaína por Nicaragua y Cuba. Todo ello en connivencia con algunos sectores de la fuerza pública, comprados a base de dinero y terror.
En noviembre de 1984 «los Extraditables» hicieron estallar un coche-bomba frente a la embajada norteamericana en la capital colombiana matando a una persona y en junio de 1985 ordenaron la muerte del juez Tulio Manuel Castro Gil, encargado de investigar el crimen de Lara Bonilla. Escobar, ambiguo en sus relaciones con la guerrilla, después del episodio del MAS, se acercó al M-19 por intermedio del comandante Iván Marino Ospina y de algún modo se cree que estuvo al tanto de los hechos que se iban a desarrollar en el Palacio de Justicia ofreciendo apoyo económico para la operación; si bien los hechos no están dilucidados del todo. En cualquier caso las relaciones fueron bastante cercanas y motivaron cierto alejamiento de la cúpula del M-19 con Ospina y la operación en el Palacio de Justicia fue autorizada por su sucesor Alvaro Fayad.
La campaña de terror continua contra sus enemigos en el Gobierno y los que apoyaran el tratado de extradición, hecho efectivo en enero de 1985 con el envío de los primeros capturados a Estados Unidos por medio del recién posesionado Ministro de Justicia Enrique Parejo González en reemplazo del asesinado Lara, y todos los que denunciaran sus negocios y redes mafiosas: «los Extraditables» asesinaron en febrero de 1986 en Baton Rouge, Luisiana, al piloto y testigo ante la justicia norteamericana Barry Seal, en julio al magistrado Hernando Baquero Borda, ponente del Tratado de Extradición en 1980, y al periodista de El Espectador (Bogotá) Roberto Camacho Prada, y el 18 de agosto ya con el nuevo presidente de Colombia Virgilio Barco Vargas, al capitán de la policía antinarcóticos Luis Alfredo Macana. Además, demostrarían su poder de corrupción cuando evitaron que Jorge Luis Ochoa y Gilberto Rodríguez Orejuela capturados en España y ambos reconocidos narcotraficantes, fueran extraditados a Estados Unidos y fueran deportados a Colombia donde pagaron irrisorias penas de cárcel. Hasta ese momento los principales grupos exportadores de droga del país mantenían generalmente buenas relaciones entre si, aunque la atención de las autoridades se centraba esencialmente sobre los violentos cabecillas de Medellín, que controlaban hasta un 90 % del lucrativo negocio. Y a pesar de que los jefes de Cali optaron principalmente por la corrupción y por la infiltración dentro de las instituciones como medio de lidiar con el Estado, en septiembre de 1986 ordenaron el crimen del periodista del Diario Occidente, Raúl Echavarría Barrientos.

Carrera Delictiva

Cronología del Cartel de Medellín

Los comienzos de Escobar en el crimen organizado se dieron lenta pero inexorablemente y a lo largo de su carrera criminal, se sirvió de una extraña mezcla de violencia, sangre, paternalismo y filantropía para lograr sus fines. Mientras, por un lado, eliminaba sin piedad a sus competidores, ordenaba asesinatos, estimulaba intrigas o conspiraba contra figuras influyentes de la política o el Gobierno, por el otro, regalaba sándwiches a los mendigos, erigía casas para los pobres de Medellín o construía campos de fútbol para los niños de los suburbios, lo que le proporcionaba un fuerte apoyo popular en los barrios más pobres de la ciudad.
Tranquilandia era el principal centro de producción de cocaína del Cartel de Medellín localizado en Caquetá. Contaba con 19 laboratorios de procesamiento, abundante agua dulce (del río Yarí), un sistema eléctrico independiente, dormitorios y una pista para aterrizaje. El complejo fue destruido en 1984 por la Policía Nacional y la DEA incautando cerca de 14 toneladas de droga, valorada en 1 200 millones de dólares.
Escobar comenzó su carrera delictiva con pequeños timos, hurtos y trabajando para el rey del contrabando en Colombia Alfredo Gómez López El Padrino.Al contrario de lo que se decía, no tuvo un negocio de bicicletas ni robó lápidas para revenderlas, ya que era profundamente creyente desde muy pequeño, al igual que su familia. Años más adelante construiría varias iglesias, campos de fútbol y reconstruiría la ciudad con los ingresos derivados del tráfico de cocaína.A medida que fue creciendo se involucró en el hurto de automóviles en las calles de Medellín, y pronto pasó a dedicarse al tráfico de marihuana hacia los Estados Unidos. Se le involucró igualmente en el secuestro y asesinato del industrial Diego Echavarría Misas en 1971, y del capo del narcotráfico Fabio Restrepo en 1975.Primero actuaba como intermediario que compraba la pasta de coca en Colombia, Bolivia y Perú, para posteriormente revenderla a los traficantes encargados de llevarla a Estados Unidos. En la década de 1970 se convirtió en una pieza clave del tráfico internacional de cocaína, asociado con Gonzalo Rodríguez Gacha, Carlos Lehder, Jorge Luis Ochoa y sus hermanos Fabio y Juan David, fundó y lideró el denominado Cartel de Medellín que se hizo con el control de pistas, rutas, laboratorios y monopolizó el comercio ilegal desde la producción hasta el consumo. En 1978 fue detenido por tráfico de estupefacientes pero el proceso prescribió y quedó en libertad meses después de su detención. No obstante, el proceso fue reabierto por la jueza Mariela Espinosa, quien también desistió de la investigación por amenazas contra su vida. Espinosa fue asesinada años después por orden de Escobar.
Posteriormente llegaría a ser catalogado como el séptimo hombre más rico del mundo según la revista Forbes cosa que su hijo negaría años después.Fue dueño de una de las haciendas más extensas de Colombia, llamada Hacienda Nápoles, que se convirtió en su centro de operaciones.
Pablo Escobar estaba entre los multimillonarios del mundo por su inmensa fortuna invertida en edificios, viviendas, automóviles y haciendas. En la Hacienda Nápoles reunió más de 200 especies de animales exóticos para la región, como hipopótamos, jirafas, elefantes, cebras y avestruces, todos introducidos en el país como fruto del soborno a las autoridades aduaneras, lo que no impidió la difusión televisiva del inmueble en un reportaje propagandístico. Era aficionado a los automóviles lujosos y, después del atentado perpetrado por sus enemigos del Cártel de Cali, se encontraron más de 40 autos deportivos en el aparcamiento del edificio Mónaco en Medellín, donde vivía parte de su familia. Es difícil calcular la totalidad de sus bienes raíces como edificios, oficinas, fincas, locales comerciales y casas, pero algunos datos hablan de más de 500 predios de su propiedad. También poseía helicópteros, motocicletas, lanchas y varias avionetas para transportar la droga a través de la difícil geografía colombiana.
De acuerdo con documentos de la DEA, el Cartel de Medellín fundó en 1981 el grupo Muerte a Secuestradores (MAS) como respuesta a los secuestros y acciones guerrilleras en su contra, este grupo está relacionado también, tras la muerte de Pablo Escobar, con Carlos Castaño y su hermano Fidel conocidos comandantes paramilitares.


martes, 2 de mayo de 2017

Miembros del Cartel de Medellín

Esta es una lista de los miembros del Cartel de Medellín, una organización delictiva dedicada al tráfico de cocaína el nombre responde al lugar en donde se creó. Los integrantes se encuentran clasificados en "socios" y "sicarios, pistoleros a sueldo y lugartenientes" según el rol que hayan desempeñado.

Socios del Cartel

  • Pablo Emilio Escobar Gaviria: alias El Patrón: la cabeza principal de todos los atentados y el terror que provocó al pueblo colombiano con centenares de muertos en toda la historia entre ellos la muerte del Ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla, otros magistrados y jueces como: Abdiel Arias Ribera, Hernando Baquero Borda, Tulio Manuel Castro entre otros; de periodistas como: Guillermo Cano director y propietario del periódico El Espectador, Jorge Enrique Pulido Sierra director del noticiero Mundo Visión y propietario de la programadora Jorge Enrique Pulido Televisión, también atentados contra empresas importantes como Drogas La Rebaja propiedad de los Hermanos Rodríguez Orejuela, el vuelo de Avianca donde murieron todos sus ocupantes, este atentado iba dirigido al candidato presidencial Cesar Gaviria quien se salvó ser la víctima del vuelo en que viajaba, las instalaciones del edificio del DAS donde murieron y quedaron heridos varios trabajadores incluyendo al general Miguel Maza Márquez a quien se le hicieran cerca de dos atentados que en los cuales salvó su vida, el asesinato del candidato presidencial Luis Carlos Galán, las bombas a civiles y establecimientos comerciales etc. El secuestro de varios periodistas como: Maruja Pachón, Azucena Lievano y Orlando Acevedo Periodistas del Noticiero Criptón, dos extranjeros y las muertes de Marina Montoya y Diana Turbay en cautiverio, también del entonces candidato a la alcaldía de Bogotá Andrés Pastrana (liberado) y del Procurador General Carlos Mauro Hoyos muerto en cautiverio, el asesinato de Enrique Low Murtra, las muertes de varios policías etc. Se entrega el 14 de junio de 1991 a la justicia para ingresar a la cárcel "La Catedral" en Envigado en compañía de su hermano, sus asesinos y lugartenientes dejando aun lado la guerra; luego delinque desde la cárcel ordenando homicidios como el de Henrry De Jesús Perez líder de las autodefensas muerto a su servicio y la muerte de sus socios Galeano y Moncada en la cárcel, se fuga de la prisión el 19 de julio de 1992 a su momento parecía quedarse solo y dar fín con su organización para ese momento ya padecía de problemas gastricos y abandonado por su esposa e hijos, su única compañía eran su madre su hermana y su escolta Alvaro De Jesús Agudelo "Limón" en ese momento escapó del operativo la policía en Aguas Frías por fallas de radiometria, murió con su escolta Alvaro De Jesús Agudelo el 2 de diciembre de 1993 en su casa de Medellín tratando de evitar ser extraditado y escapando de la justicia. Se le acusaba por el mayor número de homicidios y atentados que registraban en la historia del país.

Gonzalo Rodríguez Gacha, el líder militar del Cartel de Medellín.
  • Gonzalo Rodríguez Gacha: alias El Mexicano: nacido en Pacho (Cundinamarca) se convirtió en el principal aliado y sostén de Escobar durante la guerra emprendida contra el Estado colombiano. Fue el "Ministro de Guerra" del cártel de Medellín y hacia 1989 tenía 1000 hombres en armas en el centro del país. controlaba una organización autónoma asociada a Escobar. Sus sicarios, alrededor de 70 fueron los encargados de matar a Luis Carlos Galán. Tras el cruento bombardeo al edificio del DAS en Bogotá, que dejó 70 muertos y 500 heridos, se convirtió en el criminal más buscado del país. Traicionado por un lugarteniente suyo, murió el 15 de diciembre de 1989 en Tolú durante la Operación Apocalipsis junto a su hijo y 5 de sus hombres. Se le acusa de al menos 2000 homicidios. Después de su muerte, al mando del Cartel de Bogotá, entró Luis Murcia alias Martelo, que fue capturado tiempo después.
  • Carlos Lehder: alias El Loco: oriundo de Armenia (Quindío) y reconocido por sus excentricidades, abrió innumerables rutas de tráfico de narcóticos en el Caribe gracias a sus contactos en EE.UU. Capturado en febrero de 1987, fue inmediatamente extraditado y condenado a cadena perpetua pero su pena fue reducida por declarar contra Manuel Antonio Noriega. Es el narcotraficante del Cártel de Medellín, de más alto rango preso en Norteamérica.
  • Gustavo de Jesús Gaviria Rivero: alias León: primo de Escobar y su mano derecha, acompañó su carrera delictiva desde el principio. Encargado de las finanzas del cártel, pasó a ser el segundo hombre del ente narcoterrorista tras la muerte de Rodríguez Gacha. Murió en Medellín durante un operativo, al enfrentarse a tiros con la policía el 12 de agosto de 1990. En el momento de su muerte se hallaba solo y en compañía de su familia.
  • Jorge Luis Ochoa: perteneciente al clan de los Ochoa, fue el más importante de sus hermanos dentro de la organización criminal. Reconocido criador de caballos se convirtió en el número 2 a la muerte de Gaviria Rivero. Se rindió el 15 de enero de 1991 como parte de la política de sometimiento a la justicia del gobierno de César Gaviria.
  • Mario Henao Vallejo: alias Paco: cuñado de Pablo Escobar. Pedido en extradición, era quien controlaba todos los negocios del "Patrón" en el Magdalena Medio junto a su primo Hernan Dario Henao "HH". Dada su relación familiar con el capo, era bastante cercano a la cúpula del Cartel de Medellín. Murió en un operativo realizado el 23 de noviembre de 1989 en la finca El oro del municipio de Puerto Triunfo, cuando se pretendía capturar a Escobar y a uno de los hermanos Ochoa.
  • Juan David Ochoa: el mayor de los hermanos Ochoa. Se sometió a la justicia el 16 de febrero de 1991. Murió el 25 de julio de 2013 en la ciudad de Medellín victima de un infarto.
  • Juan Matta-Ballesteros: alias El Negro: nacido en Tegucigalpa, Honduras, gran amigo de Pablo y alto socio del cartel fue uno de los pocos miembros del cartel de Medellín que era extranjero. Era el contacto de los narcotraficantes colombianos con los mexicanos. Fue arrestado en 1988 y más tarde extraditado. Cumple una condena a cadena Perpetua.
  • Fabio Ochoa Vásquez: el menor del clan, fue el primero en someterse a los decretos de rebaja de penas el 18 de diciembre de 1990. Posteriormente sería extraditado en 2001, al incumplir sus acuerdos con el Gobierno colombiano.
  • Luis Fernando Gaviria Gómez: alias Abraham: primo hermano de Pablo Emilio Escobar Gaviria, también conocido dentro de la organización como César. Tenía la función de enviar cocaína al exterior y coordinar las acciones de tipo militar, desde la muerte del también primo de el capo, Gustavo de Jesús Gaviria Rivero. Muerto el 23 de octubre de 1990 en la finca Manantial, vereda La Mosca, jurisdicción del Guarne (Antioquia), en medio de la Operación Apocalipsis III. Junto a él, y enfrentando medio centenar de policías, murió su conductor Nicolás Calle.
  • Griselda Blanco: alias La Reina De La Coca: nacida en Santa Marta de donde se trasladaría posteriormente a Medellín, se convirtió en uno de los primeros grandes capos del tráfico de drogas en la década de los setenta. Asociada a Escobar se mudó a Miami, desde donde coordinó el envío de toneladas de cocaína. Fue arrestada por la DEA el 20 de febrero de 1985 y condenada a 16 años de cárcel. Asesinada por sicarios que le dispararon dos tiros en la cabeza el 3 de septiembre de 2012 cuando salía de una carnicería en el barrio Belén de la ciudad de Medellín. Era el único miembro del cartel de Medellin que era mujer.
  • José Rafael Abello Silva: alias El Mono Abello: el séptimo dentro del organigrama del Cartel y principal narco de la costa colombiana. Capturado en un restaurante de Bogotá el 11 de octubre de 1989, fue posteriormente extraditado. Liberado en 2007.
  • Gilberto Rendón Hurtado: el número 8 dentro del Cartel de Medellín. Fiel socio y segundo hombre en la organización de Rodríguez Gacha. Murió con su jefe durante la Operación Apocalipsis. Heredó sus estructuras criminales a su hermano Alirio de Jesús Rendón Hurtado El Cebollero.
  • Gilberto Molina Moreno: magnate boyacense de las esmeraldas, aliado cercano de "El mexicano" que se hizo a su sombra. Entró más tarde en conflicto con Rodríguez Gacha por el control de varias rutas del narcotráfico y de la zona esmeraldífera del centro del país. Terminaría asesinado por 25 sicarios de su ex-socio, en una finca de Sasaima en febrero de 1989.
  • Fernando Galeano del Rio: encargado de los negocios del Cartel de Medellín tras la entrega de Escobar y de sus principales lugartenientes del ala militar en 1991. Se convirtió en uno de los principales socios del capo controlando el área financiera de la organización narco-terrorista. Pero terminó siendo asesinado por orden del "Patrón" dentro de la catedral en julio de 1992.
  • George Jung: Único socio norteamericano del Cartel. Experto traficante de marihuana en los años 70 y luego de cocaina a principios de los 80 gracias a su sociedad con Carlos Lehder, a quien conoció durante su primera estancia en prisión y quien a su vez lo pondría en contacto con Pablo Escobar (de quien se volvería un amigo personal). A pesar de que Lehder lo traicionó, Jung mantuvo sus negocios con Escobar al punto de facturar 100 millones de dólares al año. Capturado en Massachusetts en 1987 fue liberado posteriormente, para luego ser recapturado al ser delatado al intentar volver al tráfico de estuperfacientes. En ese momento al declarar contra Carlos Lehder a la sazón recién extraditado es liberado nuevamente. Finalmente fue apresado en México en 1994 con 796 Kg de cocaína en su poder. Fallidamente trató de salir bajo fianza, pero fue sentenciado a 30 años de prisión. Salió libre el 2 de junio de 2014.
  • Gerardo Kiko y William Moncada Cuartas: junto a los Galeano se convirtieron en los principales socios del Cartel tras la entrega de Escobar, que les confió el manejo del ala económica de su organización. Compartieron la suerte de sus aliados en julio de 1992.
  • Roberto Escobar Gaviria: alias El Osito: hermano de El Patrón, ingresó desde temprano en las actividades delictivas de este, pero manejó un perfil más bien bajo durante este periodo. Se entregó el 7 de octubre de 1992 a las autoridades. Mientras estaba en prisión, fue víctima de una explosión de una carta bomba enviada por los Pepes que lo dejó parcialmente ciego y sordo.
  • Evaristo Porras Ardila: Socio y amigo de Pablo Escobar vendedor de pasta de coca era el responsable del famoso cheque falso que le impusó a Lara Bonilla para que firmara antes de que fuera asesinado el 30 de abril de 1984, también fue quien ordenó el crimen de uno de los periodistas del periódico El Espectador en Leticia Roberto Camacho Prada ocurrido el 16 de julio de 1986 quien le tomaba fotos para publicarlas por todo el país en sus vínculos con "El patrón", luego es capturado en San Andrés Islas el 15 de diciembre de 1987 termina en prisión y en la ruina luego de cumplir su larga condena. Era jefe del Cartel del Amazonas. Falleció el 3 de marzo de 2010 en Bogotá victima de un paro cardíaco.
  • Jaime Gaviria: Primo, confidente y relacionista público de Escobar.

Paramilitares al servicio del Cartel

  • Fidel Castaño Gil: alias Rambo: comandante de los grupos paramilitares de Antioquia y Córdoba, entró en contacto con Escobar a través de Rodríguez Gacha, conocido por su anti-comunismo. Responsable de innumerables masacres y atentados contra la Unión Patriótica y miembros de todos los partidos de izquierda, se alió con el Cartel de Medellín a cambio de ayuda financiera para su organización. Tras la muerte de los Galeano y Moncada (sus socios) entró en conflicto con Pablo Escobar, creando Los PEPES junto a su hermano Carlos y al Cartel de Cali. Murió en combates contra la guerrilla del EPL en 1994, no obstante se cree que su muerte fue fraguada por su hermano Carlos.
  • Carlos Castaño Gil: hermano de Fidel y Vicente participó activamente primero en la campaña de exterminio contra la izquierda y luego en Los PEPES. A la muerte de Rambo, quedó al frente de la autodefensas. Fue asesinado en 2004 por su hermano Vicente Castaño El Profe.
  • Henry de Jesús Pérez: al mando de los paramilitares del Magdalena Medio, se alió con Rodríguez Gacha en la década de los ochenta a cambio de financiación y armas. Participó en la campaña que emprendió "El Mexicano" contra la Unión Patriótica. A la muerte de este, se enemistó con Pablo Escobar y entró en guerra con el Cartel de Medellín al lado de Henry Pabón. Cientos de sicarios, paramilitares y civiles murieron en los continuos ataques de lado y lado. Finalmente fue asesinado a mediados de 1991 durante la fiesta de la Virgen del Carmen en Puerto Boyacá.

Lugartenientes, sicarios y asesinos más importantes

  • John Jairo Arias Tascon: alias Pinina: a los 29 años, era jefe de 2000 sicarios en Medellín. Hombre de confianza de "El Patrón", "Pinina" tenía una larga amistad con él, llegando a ser uno de los principales en la jerarquía de la organización, con el ala militar del cartel bajo su mando. Ascendió en la jerarquía del sicariato, y ayudado por el conocimiento que tenía de la gente de la comuna, reclutó gran cantidad de jóvenes para dichas actividades delincuenciales.
    Dirigió en abril y junio de 1990 la oleada de ataques que causó 300 muertos en todo el país.
  • Mario Castaño Molina: alias El Chopo: a la muerte de "Pinina" (su amigo personal) y Tyson se convirtió en el último jefe militar del Cartel. Sanguinario y ambicioso, Castaño servía de enlace entre Escobar y el ala militar y financiera de la organización. Era comandante, además, de numerosas bandas de sicarios y coordinó varias de ellas para asesinar a decenas de policías en Medellín. Responsable también de la purga al interior de la cúpula que le costó la vida a los Hermanos Galeano y Moncada. Encabezó la última ofensiva terrorista del cartel entre agosto de 1992 y marzo de 1993, en la que murieron más de 200 civiles y uniformados. Delatado por Juan Carlos Londoño Sánchez alias "Juan Caca" luego de ser capturado, fue abatido en su apartamento por la Policía el 19 de marzo de 1993. Sorprendido mientras dormía sin camisa, se enfrentó a los uniformados y recibió 48 impactos de bala en el tiroteo. Era considerado por Pablo Escobar como el hombre más leal y guerrero de su organización.
  • Brances Alexánder Muñoz Mosquera: alias Tyson: Un afrocolombiano cuyo aspecto físico, similar al del boxeador estadounidense Mike Tyson, le valió su apodo. Hijo de una familia de evangélicos y de un ex-policía, pasó a ser hombre de confianza de Pablo Escobar en 1988 a través de varios enlaces de la organización, entre ellos su hermano alias "La Quica". Muñoz es señalado como uno de los terroristas que dirigió el grupo de sicarios que en diciembre de 1989 dinamitó el cuartel general del DAS, instaló dos carros-bomba en los barrios Quirigua y Niza, y voló un avión de Avianca con 107 pasajeros. A su organización se le sindica, además, del asesinato de cuarenta policías en Medellín en 1990 y de haber dirigido personalmente la matanza de la hacienda Los Cocos, en Candelaria (Valle), donde murieron acribilladas 19 personas que asistían a un encuentro de fútbol aficionado en septiembre del mismo año. Murió el 28 de octubre de 1992 a manos de la Policía, que ingresó con explosivos a la vivienda donde se hallaba en compañía de dos mujeres. Tyson logró hacer dos ráfagas con una subametralladora MP5, antes de caer abatido por 18 impactos de bala. Se le sindicaba de al menos 700 homicidios.
  • Dandenny Muñoz Mosquera: alias La Quica: el primero en entrar en su familia al servicio de Escobar, como guardaespaldas de alias Chiruza. Hermano de alias Tyson, era señalado por la Policía como jefe del ala terrorista del Cartel en conjunto con éste. Había protagonizado, el 2 de agosto de 1988, una espectacular fuga de la cárcel de Bellavista, en Bello (Antioquia). Manejaba un grupo de 140 sicarios al servicio del Cartel y estaba sindicado por las autoridades de dirigir el asesinato de medio centenar de policías y la colocación de una decena de carros-bomba. Es capturado por el Ejército en la zona rural del municipio de San Rafael, al oriente de Antioquia el 7 de enero de 1991. Se fugó de la cárcel La Modelo en abril del mismo año y posteriormente viajaría a EE.UU., donde la DEA lo retuvo el 2 de noviembre de 1992 en la calle 103 de Queens, Nueva York. Está condenado a 5 cadenas perpetuas.
  • Jhon Jairo Velásquez Vásquez: alias Popeye: jefe de sicarios de Pablo Escobar y su hombre de confianza. Prestó servicio militar en la Marina colombiana y se enroló desde 1986 en el Cartel de Medellín como conductor y guardaespaldas del capo. Fue ascendiendo dentro de la jerarquía de la organización narco-terrorista y participó en el secuestro de Andrés Pastrana y el asesinato del Procurador Carlos Mauro Hoyos en enero de 1988. Acusado además de otros 250 asesinatos. Tras participar en la muerte de los Galeano y los Moncada, se fugó de la cárcel La Catedral, para finalmente entregarse a las autoridades junto a Roberto Escobar Gaviria y Otoniel de Jesús González Franco "Otto", el 9 de octubre de 1992. Actualmente fue liberado en 2014.
  • Álvaro de Jesús Agudelo: alias El Limón: Hombre de confianza de Roberto Escobar Gaviria, hermano del jefe del Cartel de Medellín. Luego de la entrega de este, paso al servicio de "El Patrón", convirtiéndose en su guardaespaldas personal y en su sombra durante los últimos 8 meses de vida del narcotraficante. Murió junto al capo en el barrio Laureles el 2 de diciembre de 1993. Al huir por el tejado de la casa donde se hallaban escondidos, logró alcanzar la calle y se refugió en el antejardín de una vivienda. Desde allí al percatarse de que Escobar Gaviria había sido dado de baja, abrió fuego contra los uniformados. Un policía que estaba cerca lo acribillo.
  • Fabián Tamayo: alias Chiruza: Mano derecha de John Jairo Arias "Pinina". Controlaba el barrio Guayabal en el suroriente de Medellín y era el pagador de los soldados y policías al servicio del cartel. Cercano además a los capos de Cali, manejaba su seguridad cuando éstos se desplazaban a la capital antioqueña. No obstante, cuando empezó la guerra de carteles, se cambió de bando y sólo reconoció como su jefe a Pablo Escobar. Famoso entre los sicarios por dar a fumar marihuana a sus víctimas antes de asesinarlas. Fue muerto en represalia por pistoleros del cartel de Cali en 1988.
  • Luis Carlos Alzate Urquijo: alias El Arete: hijo de la esposa de Roberto Escobar, estaba sindicado de terrorismo y sicariato. Vinculado por la inteligencia policial a la acción terrorista contra el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) y al atentado del teatro Lioli, dirigido a una patrulla del Cuerpo Élite. Se convirtió en una prioridad del Bloque de Búsqueda a raíz del carro bomba que estalló 21 de enero de 1993 en la calle 72 con carrera séptima, en el norte de Bogotá, hecho que fue adjudicado a la banda que él dirigía. Luego de ser dados de baja dos de sus más importantes hombres (Leonardo Rivera "Leo" y Carlos Mario Ossa Salazar "El Canoso"), se entregó a las autoridades el 17 de febrero de 1993. Declaró ser el autor material del atentado al avión de Avianca, ocurrido en noviembre de 1989. También es investigado por otro proceso del crimen de Rodrigo Lara Bonilla Ministro de Justicia.
  • Luis Carlos Aguilar Gallego: alias El Mugre: Guardaespalda personal de Pablo Escobar, junto a alias "Otto" y "Popeye". Sindicado del delito de narcotráfico, de participar en el homicidio del procurador Carlos Mauro Hoyos y de los crímenes de decenas de policías en el Valle de Aburra. Pagador de sicarios, asesinos y pistoleros al servicio del cartel. Se entregó junto al capo en 1991 y participó en la fuga de la cárcel La Catedral en julio de 1992. Se acogió a la justicia el 15 de octubre del mismo año. Tiempo después en 2008 se dice que fue asesinado al salir de prisión, pero al no haber evidencias sobre su muerte, se rumorea fuertemente que sobrevivió al atentado y reside hoy en el anonimato en La Argentina
  • Alfonso León Puerta Muñoz: alias El Angelito: Mando medio del Cartel de Medellín, conocido como "el Angelito" por su crueldad y sangre fría al matar. Se convirtió a la muerte de los principales lugartenientes de Pablo Escobar entre octubre de 1992 y marzo de 1993, en su jefe de seguridad y hombre de confianza. Logró esquivar la persecución de las autoridades por 6 meses, ocultando hábilmente el paradero del capo. Responsable del bombazo del parque la 93, fue abatido por la Policía el 6 octubre de 1993 junto a su hermano Alfonso Puerta Muñoz Alias " La Cuca". Su muerte dejó prácticamente solo al jefe del cartel de Medellín y desarticulada el ala militar de la organización, ahora solo en manos de sicarios rasos.
  • Jhon Jairo Posada Valencia: alias El Tití: Uno de los hombres más cercanos a Pablo Escobar y que actuaba como el doble del capo. Responsable del asesinato del coronel Valdemar Franklin Quintero el 18 de agosto de 1989, y de la oleada terrorista de noviembre-diciembre de 1992 que dejó 70 policías y 9 civiles muertos en Medellín. Detenido el 30 de diciembre de 1992 cuando se encontraba en compañía de sus familiares en un apartamento del conjunto Bloques de Alejandría, en El Poblado. Al momento de su captura, le fueron decomisadas siete subametralladoras, dos mini Uzi, dos fusiles, y dos escopetas. . Fue asesinado cuando cumplía pena de prisión en la cárcel Picota (Bogotá) el 5 de noviembre de 1997
  • Otoniel de Jesús González Franco: alias Otto: lugarteniente de "El Patrón", dirigía una banda de sicarios al servicio del cartel. González se sometió por primera vez a la justicia colombiana el 19 de junio de 1991, junto con Pablo Escobar. Fue, además, uno de los ocho hombres que acompañaron al capo en su fuga de La Catedral, el 22 de julio de 1992. El 9 de octubre de 1992 se sometió a la justicia por segunda vez, en compañía de Roberto Escobar "Osito" y de Jhon Jairo Velásquez Vásquez "Popeye". Liberado en 2001 tras pagar 8 años de prisión, fue asesinado junto con su hermano Orlando el 3 febrero de 2002, en el municipio de La Estrella, en el área metropolitana del Valle de Aburrá, donde se encuentra la ciudad de Medellín
  • Hernán Darío Henao: alias HH: jefe de seguridad del cartel de Medellín, conocido como HH y primo de la esposa de Pablo Escobar, María Victoria Henao. Era el confidente del capo y su principal asesor. Se encargó de financiar con dineros del narcotráfico entre 1984 y 1988, las autodefensas del Magdalena medio, y puso esas organizaciones al servicio de su patrón y de Gonzalo Rodríguez Gacha "El Mexicano", para mantener así abierto el cordón del Magdalena medio entre Cundinamarca y Antioquia. Durante esa misma época, ingresó a la organización como testaferro, para controlar laboratorios que el Cartel tenía establecidos en esa zona del país junto con su primo Mario Henao. Posteriormente durante los primeros años de la guerra contra los narcotraficantes entre 1989 y 1990 se convirtió en uno de los hombres de mayor confianza de Escobar para la administración de la Hacienda Nápoles, situada en Puerto Triunfo, en donde fue además jefe de personal. En 1990, en desarrollo de la Operación Cocorná II, Henao fue capturado con otros 27 hombres a quienes se les decomisó armas, explosivos y dinero. Durante esa operación, de la que escaparon Escobar y Jorge Luis Ochoa, Henao dispuso los grupos de evacuación que a la postre permitieron la fuga de los dos narcotraficantes. Tras su detención, fue trasladado a la Cárcel Nacional Modelo de Bogotá, y puesto en libertad posteriormente por un despacho judicial. Desde la fuga de Escobar de La Catedral el 22 de julio de 1992, HH tenía el control sobre la caja menor del jefe del Cartel y sobre los sistemas de seguridad y de movilización del capo. Estaba encargado además de la cobertura y la preparación de las caletas empleadas por Escobar para ocultarse. Luego de la muerte de Brances Muñoz Mosquera, Tyson, en octubre de 1992, Henao intentó reconstruir el ala militar que dirigía el terrorista, y agrupó a cinco de sus hombres para reorganizar las acciones contra diferentes objetivos. Fue abatido por la Fuerza Pública el 1 de marzo de 1993 en el barrio Laureles de Medellín, tras un intenso tiroteo con policías y soldados que se prolongo varios minutos.6
  • Johny Rivera Acosta: alias El Palomo: uno de los comandantes del ala terrorista del Cartel de Medellín, hombre de confianza de Pablo Escobar Gaviria y experto francotirador. Jefe de seguridad hasta su entrega el 28 de junio de 1991. Un año más tarde, el 22 de julio de 1992, escapó de La Catedral en compañía de su Patrón. Prófugo de la justicia, se refugió en un principio en Manizales, tratando de evadir a las autoridades, para posteriormente trasladarse a Medellín y a Itagüí, donde fue localizado por los efectivos del Bloque de Búsqueda, a las 2:30 de la mañana del 27 de noviembre de 1992. 200 uniformados apoyados por helicópteros artillados de la Fuerza Élite y dos blindados tomaron parte en la operación que se prolongó por casi media hora. Al final de un intenso intercambio de balas, Rivera y los 2 sicarios que le servían de escoltas resultaron muertos. Se le acusaba de haber pagado a grupos de pistoleros más de 100 millones de pesos por el asesinato de 38 agentes de la Policía en Medellín, en represalia por la muerte de Brances Muñoz, "Tyson". Además había sido responsabilizado del ataque con carro-bomba en las cercanías de la plaza de toros La Macarena en febrero de 1991.
  • Juan Carlos Ospina Álvarez: alias: El Enchufe": Jefe de sicarios del Cartel de Medellín, responsable de la activación de numerosos carros bomba en la capital antioqueña y del ataque a miembros de los organismos de seguridad. Vinculado por las autoridades al secuestro del entonces candidato a la Alcaldía de Bogotá, Andrés Pastrana en 1988, de haber participado en la muerte del jefe de inteligencia de la Policía en Medellín, capitán Fernando Posada Hoyos en diciembre de 1992, y en la muerte del periodista Jorge Enrique Pulido. Muerto el 12 de enero de 1993 en un operativo del Bloque de Búsqueda, junto a otro miembro del Cartel, Byron Arcila Valdés.
  • Víctor Giovanni Granada: alias El Zarco o La Modelo: sicario del Cartel de Medellín y segundo hombre en la organización de alias "Arete". Aunque se le conocían pocos antecedentes, las autoridades lo sindicaban de ser uno de los pistoleros que junto con Brances Muñoz Mosquera "Tyson", Mario Castaño Molina "El Chopo" y Sergio Alfonso Ramírez "El Pájaro", secuestraron y asesinaron a varios jefes del Cartel de Medellín por orden expresa de Pablo Escobar Gaviria, entre ellos algunos miembros de las familias Moncada y Galeano y a Walter Elkin Estrada, guardaespaldas de los segundos. Fue abatido por la Policía el 16 de enero de 1993, cuando se enfrentó a 20 uniformados, momentos después de haberse bajado de un Renault 6 azul en la calle 44 con carrera 65 en Medellín.
  • Los Priscos:
    • David Ricardo Prisco Lopera alias Richard, fue un delincuente común, jefe de la banda antioqueña de Los Priscos. Miembro de una familia de sicarios al servicio del Cartel de Medellín, tenía un largo prontuario criminal a cuestas, a pesar de su particular vocación religiosa: sindicado de participar en varios de los magnicidios que sacudieron a Colombia durante los años ochenta. Fue alcanzado por el brazo de la Policía Elite el 22 de enero de 1991, al ser sorprendido en una mansión del barrio Conquistadores al occidente de la capital antioqueña.7
    • Armando Alberto Prisco Lopera, hermano de alias Richard y su segundo al mando dentro de la organización delincuencial. Juntos asumieron el manejo total del ala terrorista del Cartel de Medellín después de la muerte de John Jairo Arias, Pinina, de Gustavo de Jesús Gaviria y Abraham, otro primo de Escobar. Cayó el mismo día que su hermano en un operativo del Cuerpo Élite el 22 de enero de 1991, en la vereda Cabecera, de la inspección de Llano Grande del municipio de Rionegro (Antioquia). Murió junto a sus escoltas, Rodolfo de Jesús Rivas y Héctor Darío Molina Pérez.7
    • José Rodolfo Prisco Lopera fue el segundo cabecilla de Los Priscos, luego de la muerte de su hermano y primer jefe de la banda delicuencial, Eneas Prisco Lopera, alias El Negro, abatido en el barrio Campo Valdés de Medellín en 1986. Entró muy pronto a servicio del narcotráfico y participó en sus actividades terroristas. Eliminado el 31 de julio de 1987, por el DAS en Bogotá.7
  • Jaime Eduardo Rueda Rocha: Natural de Yacopí (Cundinamarca), militó primero en la guerrilla de las Farc, antes de desertar para convertirse en su pueblo natal, en jefe de un grupo de "pájaros" o sicarios conocidos como "los Negritos". Fue formando parte de dicha banda delicuencial que conoció a Gonzalo Rodríguez Gacha, y entró a su servicio. Sería posteriormente enviado al Magdalena Medio para recibir entrenamiento del mercenario israelí Yair Klein. En 1989 fue encargado por "el Mexicano" de dirigir el primer atentado contra el General Maza Márquez en mayo del mismo año y de protagonizar el asesinato del líder liberal Luis Carlos Galán. Con 70 hombres bajo su mando, se infiltró en la manifestación política del 18 de agosto de 1989 en Soacha (Cundinamarca), y con una ametralladora Mini Atlanta 380, entregada por sus socios de Medellín segó personalmente la vida del candidato a la presidencia disparándole una ráfaga por debajo del chaleco anti-balas. El 20 de septiembre de 1989, un mes después del atentado, la Policía capturó al sicario junto con otros tres hombres: su medio hermano Ever Rueda Silva, y los hermanos Jaime y Enrique Chávez. Posteriormente, se fugaría de la penitenciaría La Picota el 18 de septiembre de 1990 y huiría al Magdalena Medio, donde armo su propio grupo paramilitar con 150 hombres en armas, moviéndose por la región de Puerto Boyacá, Yacopí, Honda, La Dorada, Patevaca y Llano Mateo. En marzo de 1992, Rueda Rocha asesinó, desmembró y arrojó al Río Magdalena, al alcalde de Puerto Boyacá, Gustavo Londoño, y a las cuatro personas que lo acompañaban en un paraje rural cerca de Honda. Ubicado por un informante, fue sorprendido por 15 miembros del GOES en el restaurante La Variante, a dos kilómetros de Honda, a las 5:30 de la mañana del 23 de abril de 1992. Rueda Rocha y los 6 escoltas que lo acompañaban abrieron fuego, desatando un tiroteo que se prolongo por espacio de media hora. Al final el asesino de Galán cayó abatido a 15 metros de la mesa donde estaba sentado, cuando intentaba saltar por una alambrada y huir. También resultaron muertos todos sus guardaespaldas y un policía.8
  • Jorge Enrique Velásquez: alias El Navegante: natural de Buenaventura y propietario de una modesta compañía naviera en Cartagena. Se convirtió en hombre de confianza de Rodríguez Gacha a través del envío de cargamentos de droga al exterior y de la importación de armas para sus ejércitos paramilitares. Traicionó a su jefe y reveló a la Policía el paradero del legendario narcotraficante en la costa caribe de Colombia. Tras la muerte de su antiguo jefe fue perseguido por el cartel de Medellín y por Pablo Escobar que puso precio a su cabeza, después que hizo acabar con la vida de su propio patrón Rodríguez Gacha el capo manda a asesinar a su madre en una casa donde vivía en Cartagena. Finalmente se refugió en EE.UU.
  • Luis Fernando Zabala Álvarez: ingeniero eléctrico, convertido en explosivista del Cartel de Medellín y encargado de armar las bombas. Luego de la muerte de Pablo Escobar pasó al ELN donde asesoro a los guerrilleros en el manejo de artefactos explosivos, hasta ser capturado y asesinado por Carlos Castaño.
  • José Heber Rueda Silva: medio hermano de Jaime Eduardo Rueda Rocha. Fue sindicado por el DAS, pocos días después del asesinato de Galán como uno de los presuntos autores materiales del crimen. También existían acusaciones de haber participado en el atentado contra el general Miguel Maza Márquez; además aparecía comprometido como presunto miembro del grupo criminal que asesinó al dirigente sindical Teófilo Forero, y figuraba en la lista de implicados en el atentado contra las instalaciones de El Espectador. Detenido junto a su hermano, permaneció en prisión y fue asesinado el 21 de junio de 1992 en la cárcel Modelo de Bogotá.
  • Leonardo Rivera Rincón: alias Leo: muerto el 4 de febrero de 1993 durante una acción del Cuerpo Élite. Sicario del Cartel y enlace de Carlos Alzate Urquijo "Arete", con Escobar. Leo controlaba una organización de veinte pistoleros a sueldo que operaba en el barrio Buenos Aires de Medellín. Pertenecía al grupo de bandas de sicarios que manejaba "El Zarco".
  • Irán Giovanni Lopera Zabala: alias Pasarela: Siendo uno de los principales lugarteniente de Pablo Escobar, estuvo recluido casi nueve años en la cárcel de máxima seguridad de Itaguí acusado de participar en el secuestro de la ex ministra de Educación Maruja Pachón de Villamizar, había recuperado su libertad en agosto del año 2001. Fue asesinado el 22 de mayo de 2002 y su cadáver fue hallado dentro de la cajuela de un vehículo particular abandonado en una calle del barrio Guayabal, al sur de Medellín.
  • Sergio Alfonso Ramírez Muñoz: alias El Pájaro: jefe de un grupo de sicarios que operaban en el centro del país. Encargado de los secuestros de Maruja Pachón de Villamizar y Beatriz Villamizar de Guerrero, y del asesinato de Marina Montoya, hermana del ex-secretario general de Presidencia Germán Montoya. Capturado el 30 de septiembre de 1992 en una acción que culminó con la muerte de un sargento de la Policía en el edificio Mompox, de Medellín. Hombre de confianza de la familia de Escobar. Estuvo sindicado de ser uno de los hombres del ala terrorista que controlaba Brances Muñoz Mosquera "Tyson".
  • Hugo Jaramillo: alias Mantequillo: Encargado de las finanzas del Cartel de Medellín en Antioquia, miembro de la organización de HH y presuntamente correlacionado el tráfico de estupefacientes. Capturado en Cúcuta el 3 de marzo de 1993, cuando intentaba abandonar el país.
  • Juan Diego Arcila Henao: alias El Tomate: Mano derecha de Escobar después de Popeye. Sicario del Cartel sindicado de narcotráfico, enriquecimiento ilícito, porte ilegal de armas, así como por porte de documentos falsos y lesiones personales. Se sometió a la justicia en 1993 y al recuperar su libertad en 2002 es asesinado en la población venezolana de Cumaná el 17 de abril de 2007.
  • Alejandro Arrieta Polanía alias Boliqueso: Sucesor de Tyson luego de su muerte. Encargado luego por los Castaño para matar a Andrés Arturo Gutiérrez Maya, asesino de Bernardo Jaramillo Ossa, pero no pudo llevar a cabo el plan por las medidas de excepción adoptadas en el lugar donde permanecía confinado el sicario paramilitar. Capturado el 3 de noviembre de 1992 en Medellín.
  • Carlos Mario Ossa alias El Canoso: Se encargaba del manejo de la infraestructura financiera del cartel. Muerto por hombres de Los Pepes el 17 de febrero de 1993 en Medellín lo que precipitó la entrega de Luis Carlos Alzate Urquijo Arete.
  • Luis Fernando Henao Giraldo alias El Misil: Terrorista y sicario desconocido hasta su entrega. Se evadió de la Cárcel de Bellavista en noviembre de 1988, cuando cumplía una pena de 31 meses por hurto y lesiones personales. Se entregó el 14 de octubre de 1992. En su contra cursan procesos por narcotráfico y fuga de presos.
  • Luis Guillermo Londoño White: Hermano de Diego Londoño White, primer gerente del Metro de Medellín. Con su hermano coordinaron los secuestros de Álvaro Diego Montoya, hijo de Germán Montoya secretario privado de la Presidencia, y de otras personas a finales de 1989. Fue secuestrado y asesinado la noche del domingo 28 de febrero de 1993 a manos de los Pepes.
  • William Cárdenas Calle alias Lenguas: Está sindicado de la instalación de carrosbomba en Bogotá principalmente en Centro 93. se entregó el 1 de marzo de 1993 en la Fiscalía.
  • José Luis Ospina Alvarez alias El Pasquín: Sicario implicado en el secuestro de Andrés Pastrana y el asesinato del procurador Carlos Mauro Hoyos. Asesinado el 24 de febrero de 1993 en Bello por desconocidos e identificado el 19 de marzo de ese mismo año en la morgue.
  • Guillermo de Jesús Díaz alias Bolis: Colaborador del Chopo, las autoridades lo señalan como uno de los presuntos autores de la detonación del carro-bomba el 14 de febrero de 1993 en el centro de Bogotá y encargado directo de canalizar los contactos con Pablo Escobar, por el pago de la muerte de Policías y crear caletas para los carros-bomba. Se sometió a la Justicia en Pereira el 18 de febrero de 1993.
  • José Orlando Posada Sierra: Jefe financiero del Cartel de Medellín. Está señalado como el encargado de pagar los pistoleros del cartel. Se entregó el 28 de febrero de 1993.
  • Gustavo González Flórez alias Tavo: Es probablemente, el menos conocido de los hombres de Escobar.Pesó en su contra una orden de captura por violación del Estatuto Nacional de Estupefacientes, pero a finales de 1990 el juez 19 de Instrucción Criminal la dejó sin vigencia por ausencia de méritos. Se le procesa por un delito confeso de narcotráfico. La Justicia francesa lo condenó a veinte años de prisión en Isla Guadalupe, Antillas Menores, por el ingreso de 400 kilos de cocaína, proceso al que también estuvo vinculado Pablo Escobar. Igualmente, tiene medida de aseguramiento por los delitos de fuga de presos, porte ilegal de armas y secuestro extorsivo, por la fuga de La Catedral. Se sometió nuevamente a la Justicia el 13 de octubre de 1992. Asesinado en la cárcel de Bellavista en Medellín, el 9 de abril de 1993, cuando se disponia a declarar en contra de Pablo Escobar.
  • Otros Sicarios: El cartel de Medellín no solo tenía estos últimos, seria un error afirmar que solo tenía 25 sicarios o pistoleros a sueldo, ya que estos últimos 25 eran lugar-tenientes o "comandantes" de los otros aproximadamente 3.000 (Con Brazo Armado: de el MAS) sicarios en Medellín y los pistoleros a sueldo, que se calcula oficialmente que eran alrededor de 2.500 (Con Brazo armado: Los Extraditables) hombres en Medellín armados con Fusiles AK-47, pistolas "Glock" de 9mm, inclusive fusiles AR-10, MC10 de 9mm y lanzagranadas AT4.
Wagner Jose Rodriguez , Sicario 1 Uno de pablo escobar y Guaremate del Grande , era un adicto fumando sigarros .